Binance y Coinbase
En los últimos días, el mundo de las criptomonedas ha sido sacudido por dos importantes demandas presentadas por la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC, Securities and Exchange Commission) contra dos de los intercambios más grandes y populares del sector: Binance y Coinbase.
Estas acciones legales han generado preocupación e incertidumbre entre los inversores, quienes buscan comprender las implicaciones y posibles consecuencias de estas demandas. En este artículo, analizaremos los puntos clave de las demandas y su impacto potencial en el cripto mundo.
Las demandas se centran principalmente en la supuesta venta de valores no registrados por parte de estas plataformas. La SEC argumenta que ciertos tokens y criptomonedas ofrecidos en sus plataformas cumplen con la definición de valores según el marco regulatorio de Estados Unidos y, por lo tanto, deben cumplir con los requisitos de registro correspondientes.
En el caso de Binance, la demanda también incluye acusaciones de que la empresa engañó a los inversores al afirmar que los clientes estadounidenses estaban restringidos de utilizar Binance US, mientras que en realidad se encontraron formas de permitir que los inversores de alto valor encontraran una manera de eludir estas restricciones. Además, la demanda alega que Binance y su CEO, Changpeng Zhao, controlaban secretamente Binance US detrás de escena, a pesar de afirmar que era una entidad independiente.
En el caso de Coinbase, la SEC argumenta que la empresa operaba como una bolsa de valores no registrada al ofrecer servicios de compra, venta y negociación de valores digitales sin el debido registro y cumplimiento de las regulaciones aplicables. Aunque Coinbase se convirtió en la primera plataforma de criptomonedas en cotizar públicamente en la bolsa, la SEC indica que la aprobación de su oferta pública inicial (IPO) no implica una aprobación de su negocio subyacente.
Estas demandas plantean una serie de interrogantes y desafíos para el cripto mundo. Una de las cuestiones clave es la definición de qué constituye un valor en el contexto de las criptomonedas. La SEC se basa en el marco regulatorio existente, específicamente la "prueba de Howey", para argumentar que ciertos tokens son considerados valores. Según esta prueba, un activo se considera un valor si involucra una inversión de dinero en una empresa común con la expectativa de obtener ganancias principalmente de los esfuerzos de terceros.
Otro aspecto importante es el impacto en los inversores y usuarios de Binance y Coinbase. Si estas plataformas son consideradas responsables y se les exige el registro de sus activos, es posible que algunos tokens y criptomonedas se vean afectados, pudiendo llevar a su delisting en los Estados Unidos. Esto podría limitar el acceso de los inversores estadounidenses a ciertos proyectos y generar una mayor fragmentación en el mercado de criptomonedas.
Además, estas demandas plantean la necesidad de una mayor claridad regulatoria en el cripto mundo. Expertos han expresado la necesidad de regulaciones más claras y consistentes para brindar un marco legal sólido que fomente la innovación y proteja a los inversores.
Sin embargo, también es importante encontrar un equilibrio adecuado en la regulación. El exceso de regulación puede sofocar la innovación y limitar las oportunidades en el cripto mundo. Es fundamental que las regulaciones sean justas, proporcionales y estén diseñadas para abordar los riesgos y desafíos específicos asociados con las criptomonedas, sin inhibir su potencial transformador.
Los inversores deben tener acceso a información precisa y completa sobre los activos en los que están invirtiendo, así como sobre las políticas y prácticas de las plataformas de intercambio. La transparencia y la divulgación adecuada pueden ayudar a construir la confianza en el cripto mundo y garantizar una mayor protección para los inversores.
La clasificación de estos activos digitales como valores por parte de la SEC puede tener implicaciones significativas:
Aquí están los puntos clave:
Solana (SOL): El video cuestiona la venta de SOL en varias ICOs, la asignación inicial de SOL al equipo y a la fundación Solana, y la promoción del proyecto en múltiples plataformas de redes sociales. También cuestiona que SOL sea deflacionista debido a sus comisiones de transacción.
Cardano (ADA): Se cuestiona que IOHK realizó una ICO entre 2015 y 2017 sin la aprobación de la SEC. También se cuestiona que tres entidades detrás de Cardano (IOHK, Emurgo y la Fundación Cardano) recibieran una parte del suministro inicial de ADA en la ICO.
Polygon (MATIC): Se cuestiona que Polygon realizó múltiples ventas de MATIC y que una parte del suministro inicial de MATIC fuera asignada al equipo. También se cuestiona que Polygon haya hecho declaraciones que probablemente llevaron a una expectativa razonable de beneficios por parte de los inversores en MATIC.
Filecoin (FIL): Se cuestiona las declaraciones del fundador de Filecoin y de Protocol Labs, la empresa que está detrás de Filecoin e IPFS. También se cuestiona la asignación inicial de FIL a ambas entidades.
Cosmos (ATOM): Se cuestiona que la Fundación Interchain realizó una ICO para ATOM y que una parte del suministro inicial de ATOM se asignó al equipo.
The Sandbox (SAND): Se cuestiona que The Sandbox realizó múltiples ventas de tokens para SAND y que una parte del suministro inicial de SAND fuera asignada a las entidades que estaban detrás del proyecto.
Decentraland (MANA): Se cuestiona que cuando se realizó la ICO, una parte del suministro inicial de MANA se asignó al equipo.
Algorand (ALGO): Se cuestiona que la Fundación Algorand recompró la mayor parte del ALGO vendido durante la ICO al 90% del precio.
Axie Infinity (AXS): Se cuestiona que Axie Infinity vendió AXS a diferentes precios a diferentes inversores.
Coti (COTI): Se cuestiona que Coti realizó múltiples ventas de tokens para COTI y que una parte del suministro inicial de COTI se asignó al equipo.